En Venezuela, la variedad de paisajes ha permitido el desarrollo de floras muy distintas; tal el caso de los frailejones como especie floral autóctona de los Andes venezolanos, la flora espinosa de las zonas áridas costeras de Falcón, Sucre o las de áreas internas en Lara o Anzoátegui, o los bosques selváticos tupidos al sur del país. En general, pueden señalarse cuatro tipos de vegetación principales: bosques, arbustales, herbazales y vegetación pionera (líquenes y musgos). En Venezuela, cada uno de estos grandes tipos de vegetación presenta una multitud de variantes y formas espectaculares dependiendo de factores físicos y bióticos. Un cálculo aproximado sobre la flora total de Venezuela puede estar muy cerca de las 30.000 especies de plantas con semillas, sin contar con otros grupos vegetales como algas, hongos, líquenes, briofitas y helechos. Los principales biomas de Venezuela pueden dividirse en áreas boscosas; que comprenden selvas siempreverdes, tropófilas, bosques xerófilos y manglares, y áreas no boscosas; más comunes en Venezuela, constituidas por páramos, sabanas, dunas y planicies saladas.
Las selvas pluviales o higrófilas son conocidas también con el nombre de bosques húmedos tropicales. Este bioma se desarrolla en regiones de alta temperatura y muy húmedos. Entre las especies más comunes figuran el Merecure (Couepia paraensis), el Castaño de monte (Pachira aquatica), el Coco de mono (Eschweilera parvifolia), el Matapalo (Ficus guianensis) y la Caraña (Protium heptaphyllum). Las selvas nubladas se desarrollan en ambientes de temperaturas moderadas o intermedias y alta humedad. En la Cordillera de la Costa, la selva nublada se presenta entre los 700 y los 2.500 m; en los Andes, generalmente, desde los 2.000 hasta los 3.000 msnm, y en las tierras altas de Guayana, entre los 1.000 y los 2.500 msnm. Entre las especies más conocidas figuran el Cedro amargo (Cedrela mexicana), la Mano de león (Oreopanax moritzii), el Muji (Prunus moritziana), el Marfil (Guettarda steyermarkii) y el Manteco negro (Ternstroemia acrodanta). Los bosques parameros se presentan por encima de las selvas nubladas, y solamente en las partes altas del estado Mérida, a una altitud entre los 2.980 y los 4.200 msnm con temperaturas que varían entre 2 y 11,5 °C, pudiendo presentarse nieve y hielo a 0°C. Las especies más notorias corresponden al frailejón de palito (Espeletia neriifolia), el Niquitaoíto (Bacharis prunifolia), el Huesito de pantano (Hypericum brathys), el Chicote (Aragoa lucidula) y el Quiboy (Hesperomeles peneltyoides).
Las selvas tropófilas o bosques deciduos, caducifolios o veraneros se encuentran en áreas calientes, con precipitaciones entre 1.000 y 2.500 mm, y temperaturas entre 25 y 28 °C. Se extienden desde el nivel del mar hasta los 1.000 m. Estos bosques cubren extensas superficies en las partes bajas de los estados Apure, Barinas, Portuguesa, Guárico, Cojedes, Anzoátegui, Monagas, Yaracuy y Falcón. Ocupan además grandes extensiones en el norte de Guayana, al oeste del estado Amazonas y en grandes zonas del centro del estado Zulia y del norte del estado Trujillo. Entre las especies más comunes, puede destacarse el Aceite (Copaifera pubiflora), el Algarrobo (Hymenaea courbaril), el Yopo (Adenanthera peregrina), la Caoba (Swietenia macrophylla), el Jabillo (Hura crepitans), la Ceiba (Ceiba pentandra), el Indio desnudo (Bursera simaruba), el Caruto (Genipa caruto), el Chupón (Pouteria carabobensis), Bucare (Erythrina poeppigiana), el Samán (Pithecellobium saman), el Araguaney (Tabebuia chrysantha), el Apamate (Tabebuia rosea), y el Roble (Platumiscium polystachium).